¿Me dormí? Pues no lo sé ni yo. Tenía la sensación de no haber dormido en toda la noche… casi sin poder moverme porque era una colchoneta tan pequeñaja y además, cada vez que te movías sonaba un montón y tenía la sensación de que despertaba a todo el mundo ¡Joder, que noche más horrible! Y con dolores de espalda y fantasmas y ronquidos de Rudolf y pedos de Andy…, pero bueno, ya había pasado la peor noche, no me volvería a tocar dormir ahí.
Nos levantamos pronto. El holandés tenía que irse a clase y nosotros estábamos en pie con él a pesar de que nos dejaba estar más tiempo sobando. Lo primero que hicimos fue ir al súper a comprar desayuno… bueno, no fue lo primero, lo primero fue vestirnos, quitarnos las legañas y hacer un “cagui” (Rudolf inventó aquí el “caguidienti”, que es lavarse los dientes mientras echas un mojón) y ya después fuimos a comprar… a ver si te ibas a pensar que fuimos en bolas.
Volvimos a la residencia con nuestro desayuno aceptable, que eran tostadas con mantequilla y mermelada y un café deleznable. La verdad es que yo no soy de café, sino de cacao en polvo, pero claro, no me iba a comprar un CameliCao para mí solo, así que tuve que darle al café, como si fuese una persona mayor.
Tras el desayuno huimos a buscar un lugar donde nos alquilasen unas bicis, pues queríamos ir a Malmö en este medio, que está a 20 km. Pero no encontramos ningún sitio donde nos hicieran este servicio, así que al final tuvimos que ir en tren, para alegría de Tenacitas que no quería volver a ver las bicicletas ni con alas.
El tren hasta Malmö no duraba nada, 10 minutos a lo sumo, y lo primero que fuimos a ver fue la zona de Västra Hamnen, un barrio obrero que estaba en decadencia y desde la Feria Europea de la Vivienda de 2001, celebrada en esta ciudad, ha ido transformando esta península y ahora está cogiendo forma, pero el contraste que se ve en estos instantes (2016) entre descampados y casas viejas, con las nuevas viviendas modernísimas, hace de este lugar un paisaje fatal, y es posible que la torre que se erigió en medio haga de todo esto algo más feo aún… se trata de la Turning Torso, una obra de nuestro arquitecto más representativo por sus faraónicas obras en todo el mundo y sus espectaculares cagadas ¡Oh, sí! Hablamos de Don Santiago Calatrava, todo un personaje de nuestra nación, pero no hablaré de él mucho, solo os dejo un enlace con algunas de sus picias (no las únicas) y por supuesto sale el Turning Torso.
Malmö es la tercera ciudad más habitada de Suecia y por eso reluce su importancia y, aunque el primer barrio que visitamos no es para nada bonito, salvo por su paisaje costero, que se puede ver en el horizonte la ciudad de Copenhague y el puente de Øresund, además de unos pocos atrevidos que se bañan en sus aguas… pero nada más. Cuanto más nos acercábamos al Centro más belleza iba cogiendo el lugar.
Comimos en el barrio feo este, unos bocatas que nos fabricamos de supermercado con ensalada de kartoffel y cosas de ese estilo que luego te dejan mal sabor de estómago. Tras la comilona empezamos a patearnos Malmö de arriba abajo, pasando primeramente por el castillo, todo rojo y rodeado de canales. Le echamos un vistazo, pero no entramos que no estaba la economía para ello. Salimos del Kungsparken y nos adentramos en la ciudad vieja con dirección a la Catedral, pero nos perdimos varias veces a pesar de ver su pico por los cielos y, entre pérdida y pérdida vimos el Lilla Torg (Plaza pequeña), calles comerciales, monumentos raritos, la plaza de Stortorget que es la plaza más antigua de la ciudad y donde es contemplada por el gobernador John Ratcliffe (pincha para ver su foto y saber quién es), que indagando más descubrimos que en realidad era el Rey Carlos X Gustavo de Suecia, una albóndiga sueca que podéis ver en la foto.
Llegamos al fin a la Iglesia de San Pedro, catedral grande y bonita. Poco suelo durar yo dentro de estas porque a pesar de lo inmensas e impresionantes que suelen ser me aburren bastante, pero en esta estuvimos un tiempo relativamente largo, como el pene de Rudolf. Nos quedamos un poco alucinógenos con sus dibujos grabados y sobre todo con la sección infantil que había en un rincón con juguetes, peluches y ese tipo de cosas por si los niños se aburren y pasan del obispo, pues como ya comenté, Suecia está considerada como el país menos religioso del mundillo.
Cruzamos el Canal Sur por el Davidshallsbron (Puente de David) donde a cada orilla del puente hay esculturas de zapatos muy parecidas a las del Danubio en Budapest, pero estas no parecen ser víctimas judías del holocausto, ya que pone el nombre del propietario al lado de cada par de zapatos y buscando en Wikipedia te das cuenta que son gente famosa o importante nacida en Malmö, como actores, escritores, atletas, etc.
Seguimos por una calle peatonal hacia el sur hasta llegar a la encrucijada Triangeltorget, que me imagino por la escultura que dominaba la plaza que significa “Plaza de los Tres Ángeles”, aunque el traductor de Google me lo traduce como “triángulo” y “pescado”. Aquí acaba el casco antiguo de la ciudad y nos encaminamos al Pidammsparken, un parque grandote al sur del Centro, aunque antes hicimos una parada en un baño público gratuito de esos que ponen en las calles en forma de máquina del tiempo… queríamos mandar nuestras cacas al futuro.
En realidad no vimos el parque porque estábamos cansados y nos quedamos a las puertas viendo jugar al vóley-playa a unos ciudadanos buenorros sin camiseta, pues este deporte parece ser bastante popular en Suecia (o al menos en esta ciudad) a pesar de las temperaturas que congelan los pezones.
Decidimos que era el momento de volver a Lund, pues no queríamos llegar muy tarde y aún teníamos que comprar alcohol del bueno (que no es del que venden en los supermercados) antes de que cerrasen los Systembolaget, que es como un súper en el que venden solo bebidas alcohólicas, únicos establecimientos que pueden vender estas bebidas de mayor graduación del 3,5%. Hablaré de este sistema de manera más detallada en el próximo episodio, solo decir que estos establecimientos pertenecen al Estado sueco y sirven para regular el consumo de alcohol junto con sus altos impuestos, y como cierran verdaderamente pronto queríamos comprarnos unas latas para pasar la tarde-noche un poco más alegre, porque los suecos… ¡Ay, los suecos!
La vuelta fue rápida, el tren como una bala y el camino a la residencia de estudiantes donde nos alojábamos fue liviana… nos pillamos unos dürüm ricos para cenar y listo, todos contentos y pronto con los estómagos llenos, aunque primero tocó ducharse, claro, no te pienses que somos unos guarretes como tú ¡Para nada!
Después de la cena empezamos a probar las nuevas cervezas que habíamos adquirido y poco a poco fuimos pillándonos el pedal establecido por las autoridades suecas… bueno, en realidad sobrepasamos el límite, pero tampoco fue para tanto. Solo un poco de bailes, drogas duras, sexo con salchichas suecas, vómitos totalmente controlados y burundanga ¡Venga, ya! A dormir.
¿SUECOS ABURRIDOS?
Mucho de los artículos o comentarios sobre este tema tienen un título parecido a este mío (al menos los que he leído), como dejando caer que se trata de un estereotipo falso y que en realidad les llamamos aburridos porque son trabajadores y responsables, justo al contrario que un español, pero ¿No hay españoles trabajadores y responsables? ¿Y aburridos? Pero no son los mismos términos… yo creo que cuando llamamos a los suecos aburridos lo que queremos decir es que los suecos son UN COÑAZO ¿Y trabajadores y responsables? También. Pero esto es generalizar un poco ¿No? Sí, generalizar es malo, pero también es muy cómodo y yo soy una persona cómoda, o mejor dicho, soy un vago, porque… soy español ¡Oh, no! Estoy generalizando otra vez.
Bueno, tengo claro que no todos los suecos son aburridos (ni trabajadores, ni puntuales, ni responsables, ni rubios, ni altos, ni guapos…) y desde un punto de vista muy humilde y teniendo mucho en cuenta que yo solo he estado en dos ciudades suecas y que conoceré a dos o tres suecos como mucho, me atrevería a decir que “la mayoría” de las suecas y los suecos de Lund son muy aburridos. Malmö perecía tener un ambiente más animado, pero tampoco indagamos demasiado, así que, sí puedo decir que Lund no es muy divertido, a pesar de ser una ciudad estudiantil.
Es normal que cuando una persona anda sola por la calle vaya tranquila, escuchando música, sin hablar… pues si habla, salta, grita o algo así la etiquetamos rápidamente como persona tarada. Pero cuando vas en pareja o en grupo (incluso grande) y van todos calladitos como si se hubiese muerto algún ser querido pues, a mí no me parece muy divertido, es más, llámame loco, pero me parece incluso aburrido.
Si preguntas a alguien por alguna dirección o edificio te contestan si pueden con la mayor brevedad posible, incluso nos ocurrió dos veces en dos oficinas de turismo diferentes (Malmö y Lund) que fuimos a que nos recomendasen rutas o visitas y la trabajadora encargada de atendernos no hizo más que darnos un mapa (porque se lo pedimos) y señalarnos dos o tres cosas en este (porque se lo pedimos también), pero las palabras fueron tan escuetas que no sabíamos si estaba enfadada con nosotros o qué, pero nada, no son tan fríos, estoy generalizando.
Las calles de Lund están vacías y es verdaderamente aburrido vivir allí (no solo lo decíamos nosotros, también los estudiantes de fuera que residían allí). Las pocas fiestas las montan las hermandades estudiantiles que no te acogen de ninguna manera.
Sé que hay amantes de los países nórdicos y defenderán este estilo de vida hasta la muerte porque les gustaría vivir así, y lo respeto, pero hay que admitir que es un tanto aburrido ese estilo de vida tan tranquila ¡Qué no pasa nada! No hay que ponerse a la defensiva, todos sabemos que los españoles tenemos muchas cosas que tampoco están muy bien vistas, yo lo admito y bromeo con ello, pero joder, lo que he visto de Suecia es más aburrido que cualquier pueblo de la estepa castellana en pleno noviembre. Pero al igual que Suecia y sus habitantes son aburridos también tienen mogollón de cosas buenas o bien vistas por la sociedad, no hay que preocuparse, si solo hablo del aburrimiento es porque además de que nos llamó mucho la atención, he visto que muchos comentarios en internet trataban de justificar y desmentir el aburrimiento sueco cuando es una realidad (al menos lo que yo conozco).
Nada más. Nos vemos en el siguiente episodio.