Atolón Bikini

INFORMACIÓN

La República de las Islas Marshall es un país oceánico formado por cinco islas y veintinueve atolones (recordemos… Un atolón es un conjunto de pequeñas islas que sumadas a un arrecife de coral alberga en su interior una laguna conectada con el mar). El territorio del país está dividido en dos grupos: la Cadena Ratak (amanecer) y la Cadena Ralik (atardecer). La capital, Majuro, se encuentra en la Cadena Ratak y posee el único puerto importante del país.

Nos interesa la Cadena Ralik, compuesta por tres islas y quince atolones, pues aquí se encuentra el Atolón Bikini, al noroeste de las Islas Marshall. El atolón está compuesto por 23 pequeñas islas formando un anillo deforme, y la isla principal se llama Bikini, como el atolón. La superficie terrestre tiene un total de 6 kilómetros cuadrados, y la zona de la laguna tiene una extensión de 594 km2. La altura máxima en el atolón es de tan solo 2 metros y medio sobre el nivel del mar, algo ridículo y peligroso, pues se encuentra amenazado por la subida del nivel del mar si prosigue el deshielo de los Polos.

Atolón Bikini

Cero personas viven en el atolón, pero si pasas por ahí, seguramente habrás estado por los alrededores, donde habrás pagado tus gastos en dólares estadounidenses y te habrás comunicado en inglés, aunque también hablan marshalés. Como no hay habitantes en Bikini, tampoco hay gobernadora o gobernador (aunque existe una alcaldesa que representa al pueblo bikini), pero, como parte de un país, sí tiene presidenta, y esta es Hilda Heine, muy maja ella, siendo la primera mujer en llegar a presidenta en toda Micronesia. Es la novena persona en ocupar el cargo desde que el país se independizó de Estados Unidos en 1990.

HISTORIA

Aproximadamente, el Atolón de Bikini lleva habitado por el ser humano unos 3.600 años, que se dice pronto, o al menos eso nos comentan los restos arqueológicos.

A principios del siglo XVI pasó por aquella zona Álvaro de Saavedra, un explorador español con su barco y su tripulación, que serían los primeros occidentales en divisar las Islas Marshall, aunque hay que decir que pasaron bastante de ellas, pues no había mucho recurso interesante por aquellos lares.

Pero el primer occidental descubridor del Atolón de Bikini fue el alemán Otto von Kotzebue, que navegaba tranquilamente al servicio del Imperio Ruso. Los alemanes se fijaron mejor en los recursos que brindaba la ocasión y reclutaron (y explotaron) a los lugareños para sacar todo el aceite de coco posible… De hecho, la palabra “bikini” viene de pikinni, que en marshalés significa “superficie de cocos”. Y la prenda de baño viene del nombre del atolón, pero luego explico el por qué.

La guerra hispanoamericana en 1898 dejó flojo a España, que se vio obligada a vender sus miles de islas del Pacífico a Alemania justo un año después, incluyendo las islas Marshall al completo, con el bikini puesto. Ya en el siglo XX, al principio de la Primera Guerra Mundial, los japoneses capturaron estas islas y se las quedaron en todo el periodo de entre guerras y casi todo el transcurso de la II Guerra Mundial, siendo un importante punto estratégico… Hasta que, en 1944, los estadounidenses les dieron pal pelo. En Bikini solo había cinco soldados protegiendo el atolón, y se suicidaron antes de ser capturados por el enemigo.

A partir de la Segunda Guerra Mundial empieza la parte más chunga. La parte que ha hecho más famosa a esta pequeña parte del mundo. El lugar más conocido de las Islas Marshall…

CURIOSEAMOS

Sé que muchos ya sabíais de qué iba la movida. Es demasiado conocido el temita este del Atolón de Bikini, pues ha salido en mogollón de documentales y artículos…

Tras la II Guerra Mundial, Truman, el presidente de los Estados Unidos en aquel momento, manda encontrar una ubicación perfecta para los ensayos de armas nucleares en el mar, para ver qué pasaría con una flota esparcida por el atolón.

A los 167 residentes micronesios se les chutó al Atolón Rongerik, a unos 200 kilómetros al este de Bikini… Estos, engañados por los norteamericanos, se fueron contentos, pensando que volverían pronto a su atolón querido.

Durante doce años de pruebas (1946-1958), se detonaron un total de 23 dispositivos nucleares, tanto aéreos como submarinos. Las consecuencias fueron devastadoras e irreparables: Se metieron mogollón de animales en los barcos para ver qué pasaría con una tripulación, el calor provocado destruyó todo lo posible a varios kilómetros a la redonda y convirtió la arena de las playas en cristal, adiós a la flora y a la fauna marina que paseaba por allí, contaminó las frutas y verduras que podían nacer en aquel lugar, provocó lluvias radioactivas… Fue una gran cagada a nivel mundial con secuelas irreparables.

Bikini Atoll

Mientras tanto, los antiguos habitantes de Bikini estaban siendo olvidados por la Marina estadounidense (que había prometido protegerles), y poco a poco se estaban muriendo de hambre en Rongerik, pues escaseaban los recursos en aquel atolón. Así que, en 1948, tras las críticas recibidas por parte de la prensa en todo el mundo, los pobres isleños son reubicados en la minúscula isla de Kili, hasta entonces deshabitada, pero vuelve a ser un fiasco que acaba cargándose las tradiciones de un pueblo entero.

En 1972, cien personas regresaron a Bikini a pesar del riesgo que esto podía suponer, y al cabo de varios años comenzaron a verse las consecuencias, como abortos involuntarios, anomalías genéticas en los recién nacidos, cáncer… Otra vez fueron todos evacuados. El atolón era inhabitable, y ahora, en el año 2019, lo sigue siendo.

Bandera
Bandera de Bikini: Las estrellas blancas son 23 las islas del atolón. Las tres estrellas negras en la parte superior derecha representan tres islas destruidas por las bombas. Las dos estrellas negras en la parte inferior representan las dos islas a las que fueron reubicados los habitantes. La frase traducida dice así: «Todo está en mano de Dios», palabras del rey de las islas cuando cedió a prestar las islas para los experimentos.

Me queda explicar lo del traje de baño: Resulta que el creador del bikini, refiriéndonos al bañador de dos piezas que mayormente utilizan las mujeres, presentó al mundo su nuevo diseño, justo cuatro días después de la primera explosión nuclear en esta parte del Pacífico. Lo llamó igual que el atolón para generar así una “bomba atómica” en la moda de la época.

COMO LLEGAR

Existe un pequeño aeródromo en el Atolón de Bikini, al cual se puede llegar en avioneta. Las agencias de turismo ofrecen visitas desde Majuro, ya sea en avioneta o en barco. Es caro, tenlo clarísimo, y yo diría que peligroso, a pesar de que nos quieran convencer de lo contrario… Si no, no estaría recomendado NO comer los cocos de la isla.

¿QUÉ HAY POR AHÍ?

¿Pero qué clase de pregunta es esa? El paraíso disfrazado de muerte. Un paisaje de ensueño con un clima que no baja de los 25 grados centígrados, tanto fuera como dentro del agua, pero, la radiactividad está por todas partes ¡Jua, jua, jua! Bueno, tampoco voy a meterte mucho miedo, que como he dicho antes, hay mucho turismo.

El submarinismo es la principal atracción. Bucear por la laguna para ver sumergidos aquellos famosos barcos que participaron en la II Guerra Mundial es algo muy digno de ver. Los tiburones con dos cabezas también pueden ser interesantes. Está considerado como uno de los 10 mejores sitios para practicar submarinismo

Con la llegada del turismo, también llegan las instalaciones turísticas, como un hotel y un restaurante que cocina alimentos importados, por si las moscas.

Cartel
Curioso cartel de bienvenida haciendo referencia a la mayor bomba atómica explosionada por Estados Unidos: Castle Bravo

Terminamos ya, espero que te haya resultado interesante. Volvemos pronto con otra isla en el hemisferio sur… muuuy remota ella.

¡Saludos, navegantes!

Un comentario en “Atolón Bikini

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