Isla Mauricio

INFORMACIÓN

La República de Mauricio, bien conocida por muchos, es un país insular formado por varias islas del Océano Índico, pero la más grande y principal es la isla Mauricio, ubicada a 1000 km al este de Madagascar y a 2000 km de la costa este de la parte continental de África. Su capital (tanto de la isla como del país) es Port Louis, al noroeste de la isla. La isla tiene una superficie de 1865 kilómetros cuadrados, rodeado por el tercer arrecife de coral más grande del mundo, que protege a la costa de las olas, creando así playas convencionalmente paradisiacas. La población en el censo de 2013 era de 1.255.000 habitantes, siendo el país africano con mayor densidad de población y el noveno del mundo… Todos apiñaos, sobre todo en la capital, que además es la única ciudad, porque a los demás asentamientos no se los considera ciudades.

Mapa Mauricio

Los mauricianos consiguieron la independencia del Reino Unido en 1968. Se hablan varios idiomas, pero el más extendido es el criollo mauriciano, pues es el que usan en casa. Le sigue el francés, utilizándolo en el trabajo y otros lugares públicos; y el inglés para timar a los turistas. Tras la abolición de la esclavitud en 1845 mogollón de indios llegaron a la isla para labrarse un futuro mejor, y hoy en día es la población mayoritaria, por eso mismo la moneda oficial es la rupia mauriciana (MUR) y el hinduismo es la religión que triunfa. Los precios son elevados, superiores al nivel de vida del país.

La diferencia de temperatura entre estaciones es mínima, pero, al contrario que en el hemisferio norte, entre noviembre y abril el calor es más intenso y las lluvias abundantes. Entre mayo y octubre hace más fresco, pero vamos, que no baja de los quince grados.

HISTORIA

Dina Mozare (Isla del Este) es el nombre que los árabes le dieron a la isla en la Edad Media, que, aunque no se sabe la fecha en la que estos supieron de ella, se cree con bastante firmeza que el mundo árabe en la Edad Media conocía la isla. Además, posiblemente no fueron los primeros, pues por manuscritos más antiguos también podemos sospechar que los fenicios y austronesios tocaron la isla.

Un rato después, entre los años 1507 y 1513, pasaba por ahí el navegante portugués de turno (Diogo Fernandes o Pedro de Mascarenhas, según las diferentes versiones), pues estaba de ruta hacia las Indias, y se topó con una serie de islas a las que pondría su nombre (las islas Mascarene son Reunión, Mauricio y Rodrigues). A Mauricio la bautizaron como “Cirne”, pues así se llamaba el barquito de Diogo, pero como no la hicieron mucho caso a la isla, se quedó abandonada un tiempo más.

Ahora les toca a los holandeses, que tras perderse un poquito por el océano mientras iban a las Indias, se topan casi por casualidad con nuestra isla protagonista y se bajan para inspeccionarla. Ahora sí que sí, le ponen el nombre por el cual la conocemos ¡Mauricio! En honor a John Maurice de Nassau, un conde y príncipe holandés. Estos estuvieron allí asentados 112 años (de manera discontinua) y la liaron bastante: llevaron esclavos malgaches a los que trataban fatal y por lo tanto había revueltas continuas; se cargaron gran parte de la fauna y flora del lugar e introdujeron animales nocivos con el ecosistema de la isla; los ciclones, las malas cosechas y la mala gestión de los gobernadores obligaron al final a abandonar la isla en 1710.

La siguiente potencia europea que metería mano a la isla sería Francia, que ya estaba tardando en llegar. Estos estuvieron 100 años justos y, además de cambiarle el nombre otra vez (Isla de Francia), instalaron una base naval y un centro de construcción en lo que hoy es Port Louis (la capi). Los edificios más viejos de la ciudad pertenecen a esta época. Cuando llegó el momento napoleónico, los franceses y sus barcos empezaron a tocar las narices a los mercantes ingleses de la zona, así que, en 1810, los guiris, bastante artos, fueron con sus pistolitas y les dieron pal pelo a los gabachos ¡Adiós! Nueva etapa de Mauricio.

Teatro de Port Louis 1905
El teatro de Port Louis en 1905. Hoy sigue prácticamente igual.

El tratado de París concedió la isla (que vuelve a llamarse Mauricio) a los ingleses, que eran los que faltaban en esta historia, y tuvieron que respetar y preservar las costumbres locales. Los franco-mauricianos controlaban los campos de azúcar y lucharían contra la abolición de la esclavitud, pero finalmente, en 1835 ocurre, y los gobernantes ingleses tienen que buscar una compensación a estos terratenientes que se han quedado sin esclavos, así que comienza la demanda de mano de obra barata, atrayendo familias de muchos lugares, pero sobre todo de la India. Estos, llegados en masa, entran en conflicto con los franco-mauricianos y, al ser tantos, acaban llegando a puestos poderosos, también gracias a la crisis económica que la isla estaba sufriendo.

Por todo esto, Mauricio necesitaba cambiar el chip, y en 1968, tras un referéndum, la isla consigue la independencia, aunque no se libró de la Reina de Inglaterra hasta 1992, año en el que se convirtió en república.

CURIOSEAMOS

Volvemos al periodo holandés, que fue el momento histórico de la isla más catastrófico en cuanto a desastre medioambiental se refiere. Los de “Orange” la liaron gorda llevando gatos, perros, cerdos, ratas e incluso monos, pues, junto a los humanos, fueron ácido fluoroantimónico para gran parte de la flora y la fauna del territorio. Los bosques de ébano prácticamente desaparecieron de la isla, pero el ser vivo más afectado fue sin duda el raphus cucullatus, conocido vulgarmente como “dodo” … el pobre dodo.

Dodo museo

El pájaro dodo se extinguió. Duró menos de cien años cuando el inevitable destino lo juntó con los seres humanos. En seguida fue aniquilado para llevarlo al estómago de los colonos y de otros animales introducidos. No era especialmente sabroso, según dijeron, pero era grande y alimentaba a toda la familia, mientras los gatos atracaban los nidos y a sus polluelos.

Dodo Dibujo
«Dodo entre los pájaros indios» de Ustad Mansur

Apenas existen datos visuales fiables del dodo, pues la mayoría de los dibujos se han realizado basándose en descripciones de aquellos que tuvieron la suerte de visualizarlos, aunque fuera para aniquilarlos. Por estas descripciones, algún dibujo (como “Dodo entre los pájaros indios”, de Ustad Mansur. Posiblemente la imagen más fiable, dibujada en 1625) y huesos desenterrados, se sabe que el pajarito llegaba a medir 1 m de altura y se cree que pesaba alrededor de 12 kg. Gordete y plumoso, muy achuchable. La cabeza era pequeña, pero el pico, que pude ser lo más característico, era alargado y, ancho y redondeado en la punta, que acababa en gancho, seguramente para romper las cáscaras de sus frutos favoritos. En cuanto a los colores… Bueno, esto es difícil de saber, pero si hacemos caso al dibujo de Ustad Mansur, serían de un tono pardo.

 

El pariente más cercano, rodrigues solitario, también está extinto y habitaba en la isla que le dio el nombre, Rodrigues, también perteneciente a la República de Mauricio. Y el pariente vivo más cercano es la paloma de Nicobar, de unas islas indias, así que ya podemos suponer por dónde llegó nuestro dodo.

Vivían feliz en Mauricio, con alimento abundante, sin depredadores y sin ningún tipo de disputa salvo en la época de apareamiento, imagino. No existían muchas broncas, así que no estaba preparados para ello, no se imaginaban que llegarían unos extranjeros que necesitaban (y siguen necesitando) arramplar con todo, dejar marca negra, hacer entender al planeta que ellos son los jefes. No se lo imaginaban, porque los dodos eran como niños inocentes y no entendían como era el mundo en realidad. No, no se lo podían imaginar, así que cuando llegaron los humanos con “sus” cerdos, gatos y perros, no huyeron ¿Por qué iban a hacerlo? Pues porque somos malos.

Tal vez estoy siendo un poco duro con mi especie, pues en aquella época no sabíamos el impacto que éramos capaces de provocar en la naturaleza, pero es que, a pesar de que el caso dodo dejó huella y repercutió en muchas cabezas humanas de la época, hemos seguido destruyendo vidas gratuitamente. Es cierto que el dodo no dejó de existir en vano, pues como ya he dicho, gracias a este pájaro nos dimos cuenta de que nuestros actos pueden perjudicar en la naturaleza de manera irreparable, pero, aun así, seguimos cagándola: la deforestación ha acabado recientemente con el Zampullín y con el guacamayo azul (entre otros); la caza a extinto en esta década a la foca monje caribeña y al rinoceronte negro occidental (entre otros); este año (2019) se extinguió el caracol hawaiano.

Escudo
Un extraño dodo en la parte izquierda del escudo de Mauricio

Sentimos lástima por el dodo y nos culpamos. Es un símbolo que nos recuerda lo mal que lo hicimos, pero volvemos a tropezar con la misma piedra una y otra vez. El significado de “dodo” no está claro, pero una de las teorías dice que puede venir de la palabra portuguesa doudo, que significa “tonto”, pues decían que eso es lo que parecían por no huir cuando los humanos iban a cazarlos… ¿Tontos? ¿Quiénes son los tontos?

COMO LLEGAR

Ninguna aerolínea va directa a Mauricio desde Latinoamérica o España, así que toca hacer escala, como casi siempre, pero tampoco es un problema ¿No? Tal vez así puedas conocer otra parte del mundo interesante. La otra única manera de llegar a la isla es de crucero, pero eso ya es otra movida.

Si eres español, argentino o paraguayo, entrar en el este país es fácil, pues solo vas a necesitar el pasaporte en vigor. Los demás países latinoamericanos tendrán que trabajárselo un poquito más e ir de visita a la embajada.

¿QUÉ HAY POR AHÍ?

Si eres playera o playero este es tu sitio, porque en pocos lugares encontrarás arena tan blanca y aguas tan turquesas. Algunas playas de diez son las de Le Morne, Mont Choisi, Belle Mare o la de la Isla de Ciervos.

Obviamente Mauricio tiene una oferta muy extensa de actividades acuáticas, como el snorkel, el windsurf o el buceo, entre otras cosas. En cuanto a las actividades deportivas en tierra está el senderismo por el PN Black River Gorges, donde está la montaña más alto de la isla, de 828 metros, para que flipes con el paisaje.

En cosas para ver tenemos el cráter Trou aux Cerfs y el de Grand Bassin, este último cubierto de agua y lugar sagrado para los hindús. El jardín botánico Pamplemousses, que es uno de los más viejunos de África y del hemisferio sur… Molan sus nenúfares gigantes.

Port Louis es una ciudad antigua y tocha, así que ahí encontrarás museos, restaurantes, centros comerciales, etcétera. Destaca el antiguo puerto, el Mercado central, el Fuerte Adelaila, el Museo de Historia Natural (pues tiene un esqueleto de dodo) y Aapravasi Ghat, que es donde los trabajadores indios vivieron en la época inglesa, Patrimonio de la Humanidad.

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Lo doy por terminado que se me ha alargado un cacho esta isla, tal vez porque al tratarse casi por completo de un país, la historia está más desarrollada. En cualquier caso, me despido ya, que me duelen los dedos de escribir. Nos veremos en la próxima, también en el Índico, a descubrir una batalla naval.

¡Saludos, navegantes!

8 comentarios en “Isla Mauricio

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