Juana Gabriela Moro

EMPAREDAMIENTO

Puertas y ventanas selladas. Su casa era una tapia inquebrantable sin orificio alguno. También, la vivienda, había sido desprovista de cualquier utensilio que le pudiera servir de maza rompe-paredes. No había manera de salir, era imposible, una condena mortal, tan eficaz como cruel. Sin posibilidad de agua y con las cucarachas como único alimento. En este estado, Juana, no duraría más de cinco días con vida.

Sin pruebas suficientes había sido condenada por el general realista Joaquín de la Pezuela, no sin antes torturarla para sacar alguna información valiosa sobre los patriotas, pero no, doña Juana Moro selló sus labios con tanta fuerza que se asemejaban ahora a las ventanas de su vivienda.

El edificio colindante lo ocupaba una familia de la ciudad de Salta que no compartía los ideales de independencia de su vecina. Eran del bando realista, pero esto no era motivo para que la madre de familia, también humana, se apiadase de aquella desgraciada luchadora, así que, con valor y con mucho cuidado de no ser descubierta, consiguieró perforar la pared prohibida para proporcionar un sustento a la condenada de 29 años, salvándola así de morir de sed y de hambre. Cuando los realistas fueron expulsados de Salta, nuestra protagonista salió por fin de su jaula, pero con el nuevo sobrenombre de “La Emparedada”.

Juana Moro Portada

VIDA DE JUANA

¿Por qué a Juana Moro se la considera una guerrera y heroína en Latinoamérica? ¿Por salir con vida de una condena a muerte? Hay que tener en cuenta a aquella vecina anónima, que es otra heroína de la historia, pero este episodio de Juana es solo uno de tantos de su vida ¿Quién era y qué hizo Juana para “merecer” aquel castigo?

Nació en 1785 en la ciudad de San Salvador de Jujuy, hoy se encuentra en el noroeste de Argentina, pero en aquella época pertenecía al Virreinato del Río de la Plata (Argentina, Uruguay, Paraguay, Bolivia y partes de Brasil y Chile).

A los 17 años se casó y se estableció en la ciudad de Salta, que se encuentra a unos cien kilómetros al sur de San Salvador de Jujuy. Seis años después comienzan las Guerras de Independencia Hispanoamericana, y Juana adquiere un fuerte compromiso patriótico, buscando la manera de luchar contra los realistas y a favor de la independencia de su pueblo. Ella y su compañera María Loreto Sánchez lideraron una red de mujeres espía de todas las clases sociales que desquició sobremanera a los enemigos. Utilizaron un sinfín de mañas para acumular datos, recordarlos y transportarlos hasta el bando gaucho. También sedujeron a varios oficiales de guerra pocas horas antes de la batalla para conseguir que estos abandonasen el frente… Y lo consiguieron.

Batalla-de-Salta
Batalla de Salta

Aunque los realistas no poseían pruebas claras sobre estas prácticas de espionaje por parte de las mujeres gauchas, suponían que esto era así y, fue en 1815 cuando el general Joaquín de la Pezuela carga contra Juana, primero con la tortura y después con la condena anteriormente relatada.

Cuando al fin se libera de su cautiverio, reaparece una Juana más fuerte y más dispuesta a arriesgar. En varias ocasiones cabalga entre Salta, Oran y San Salvador de Jujuy disfrazada de soldado, campesina o kolla, infiltrándose entre las tropas realistas y consiguiendo así información altamente valiosa como el número de enemigos o sus posiciones. Estos valientes actos la hicieron ganar mucha fama entre los patriotas, por eso, cuando estos consiguieron hacerse con Salta, Juana fue paseada y vitoreada por el pueblo independentista.

Finalizada la guerra y siendo Argentina una nueva nación, doña Juana siguió su activismo, en esta ocasión reclamando junto a otras compañeras el derecho de la mujer en su nuevo Estado, pero en la ciudad de siempre. Se cree que murió a finales de 1874, casi a los noventa añitos.

LEGADO

jm1No he encontrado por internet ningún monumento dedicado a doña Juana Gabriela Moro, ni en su ciudad natal, San Salvador de Jujuy, ni en Salta, lugar donde vivió y fue más activa, además de homenajeada por el pueblo de la época. Me imagino que por aquellos lugares existirá algún museo de la Independencia que contenga información sobre el papel de algunas mujeres en la guerra.

Lo que sí que he encontrado ha sido una zamba de Roberto Rimoldi Fraga (cantante folklórico argentino) con el nombre de “La Juana Moro”.

Finalizo aquí. Espero que os haya resultado interesante. En el próximo post sobre guerreras latinoamericanas visitamos a una heroína boliviana, y seguiremos por las mismas fechas e ideales independentistas.

¡Un abrazo, y hasta pronto!

4 comentarios en “Juana Gabriela Moro

  1. Puertas y ventanas selladas es lo que nos va a tocar hacer aquí, nuestra casa va a ser la de Juana😣. Pues que mal que no se la haya reconocido y sabes si al menos lleva alguna calle su nombre? seguro que algún recuerdo la han debido de hacer. Un beso con mascarilla y cuídate muco David😘😘

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