Después de la tormenta siempre llega la plaga, que asoma el hocico y trepa por la miseria, te reta a correr y a esconderte, y lo que es peor, te atrapa las piernas hasta que caes de rodillas e imploras a una imagen difuminada por los bramidos de las doce bestias del mundo amarillo. Este año coronaron a la rata, que subió de las entrañas marchitas para comenzar una revolución imperdonable. El roedor siguió el camino de occidente y los otros siguieron sus pasos de cerca para invadir viejos adoquines que embellecieron con su presencia. Europa acoge con gusto a los animales de la astrología china, haciendo oídos sordos a las manchas malsonantes.
HAMELÍN (La Rata)

No hay muchos lugares como en la India donde erijan templos con la intención de venerar a este animal, al contrario, en toda Europa la rata simpatiza con la enfermedad, la guerra y lo oculto, pero aún sigue presente en cualquier ciudad del mundo, inmortal, aunque desterrada a los suburbios. No obstante, encontramos señales ratunas en algún escudo de armas del mundo ruso (Myshkin), y no podemos olvidar ese pueblo medieval que se libró de la plaga gracias al enigmático flautista, un héroe al que no se le quiso pagar por sus servicios y terminó vengándose en las orillas del río Weser. Las ratas y el melodioso flautista descansan en bronce y piedra sobre una fuente que embadurna Osterstrabe de leyendas macabras. Hamelín, vieja urbe en el centro de Alemania que conserva el mismo encanto que engatusó a los Hermanos Grimm.
UTRECHT (El Conejo)

Otra plaga que roe, pero que es capaz de engatusarnos con sus bigotes, asoma las orejas para recordarte que te invitó a comer tulipanes en la madriguera, y de mala educación sería rechazar la flor por alguna zanahoria, pues los conejos neerlandeses son hospitalarios, pero no idiotas, y prefieren darte su excedente a los manjares naranjas de la tierra naranja. El conejo de Utrecht piensa en esto y en mucho más, sobre una roca de bronce se toca la barbilla y divaga con las orejas en alto, para que ninguna opinión se le escape por el Antiguo Canal. Las bicicletas le dejan el almuerzo de cuando en cuando, y si el aire se pone frío no falta quien le lleve una bufanda para que pueda seguir filosofeando.
BARCELONA (El buey)

El buey es un toro castrado, y el toro es la imagen de España, claro que podría decirse que estos cumplen el castigo eterno dentro de este territorio, y que las representaciones en calles y plazas suelen estar manchadas de sangre, siempre junto a un asesino aclamado que saca pecho. En Cataluña las miradas siempre han sido diferentes y hoy por hoy escalan más rápido en algunos aspectos, y el Toro Pensador imita al conejo anterior a pararse a observar, que no cuesta nada, y reclama, sin violencia, la igualdad de derechos que el posee el hombre blanco heterosexual funcionalmente adaptado. Este famoso toro de la Rambla de Catalunya ya consiguió con sus protestas (junto a su hermana la jirafa coqueta) que dicha rambla no se abriera al tráfico ¡Olé!
MONS (El Mono)

Antes de aullar en la selva, habría que aclarar una cosa: La idea de este post me la dio Sergio, un compi bloguero y explorador que escribió justamente sobre este simio hace unos pocos días, así que aquí tenéis acceso a su blog “SINGULARIA”, donde podéis pasar muchas horas de exploración. Y ahora sí, el mono, un animal tropical que nadie sabe cómo llegó a la Bélgica medieval y por qué lo hizo, pero el caso es que en la pequeña ciudad de Mons este animalejo de hierro custodia el ayuntamiento de la localidad y ofrece su cabeza para masajistas que quieren una mejor suerte, o si es posible, unos cuantos deseos concedidos por Abú.
OSLO (El Tigre)

Nuestro primer gran depredador huye del travieso simio, pues este entretiene sus días molestando al felino. Tal vez por eso, Shere Khan acabó tan al norte, protegido por una fría capital vikinga que acaricia su pelaje de bronce, mientras las almas humanas rodean sus colmillos frente a la Estación Central. La ancestral batalla del progreso entre las peligrosas urbes en forma de tigres y los aparentemente inexpugnables campos noruegos representados con un caballo. “La Ciudad del Tigre”, un lugar apasionante, frío y peligroso, donde se enseña las fauces al intruso que no pretende nada bueno.
PRAGA (El Caballo)

Este que combatió con el tigre acabó conquistando la colina Vitkov en la ciudad más importante de Chequia, aunque domado esta vez por el jinete Jan Zizka, quien derrotó a Segismundo de Luxemburgo con un cetro en su mano derecha y sobre el tercer caballo de bronce más grande del mundo. Y teniendo en cuenta que el équido siempre representa el triunfo, este animal no humano ha sido la figura más moldeada y cincelada para aparecer en las plazas y parques del mundo entero. La figura ecuestre nos muestra cosas… Cuatro patas en el suelo es muerte natural, una pata delantera levantada nos dice que el jinete murió a causa de las heridas que recibió en la batalla, y si las dos patas delanteras del caballo están alzadas sabremos que quien lo monta murió en combate.
EDIMBURGO (El Perro)

El anterior demuestra fidelidad, pero no hay ninguno más fiel que el perro. Su amistad incondicional y su ternura lo ha colocado en la rama más alta del amor entre especies, decorando las metrópolis con sus huellas, ladridos y excrementos. Existió uno en concreto, pequeño y escocés, que quiso demostrar que la pasión no es un sentimiento aplicable únicamente al humanoide, sino que puede ser verdaderamente mayor si es un cánido quien la posee. Bobby rondó el cementerio Greyfriars durante 14 años a finales del siglo XIX para no separarse jamás de su fallecido amigo humano, o al menos eso nos relata una leyenda que ha llegado incluso al cine. El Skye Terrier ahora descansa sobre una fuente cercana al cementerio mientras recibe incontables caricias indiscretas.
AARHUS (El Cerdo)

Al igual que no se habla del suicidio, siendo esta una de las mayores causas de muerte en el mundo, tampoco conviene que se sepa que el cerdo supera con creces en inteligencia a otros animales considerados más nobles como el perro o el gato. El egoísmo humano prefiere pensar que este animal ni siente ni padece, pues la Pachamama lo creó como fuente de alimento sabroso. En algunos lugares del mundo, como en India, los cerdos libres de ciudad se juntan en manadas y batallan contra los perros callejeros. Pero volviendo a Europa, el ensalzamiento del cerdo siempre tiene que ver con los platos tradicionales del lugar. En Dinamarca la población porcina doblega a la humana, literalmente hablando, y claro, un ser tan importante en la cocina de dicho Estado merecía, al menos, un monumento cutre que decore alguna plaza… En Aarhus, la segunda ciudad danesa más poblada, hay una camada de cerdos en la esquina del ayuntamiento.
BARCELOS (El Gallo)

No podía ser en otra coordenada ¿Verdad? El colorido ave, jefe supremo del corral, despierta múltiples sensaciones con su canto matutino. Desde el norte se ha expandido el fenómeno del gallo, coloreando las calles de toda Portugal de rojo pasión. Pero fue en Barcelos donde el peregrino fue acusado injustamente y condenado a la horca. Solo un milagro podría salvarlo. Tal vez, si el gallo resurgiese de entre los muertos, el juez podría creer la inocencia del caminante religioso… ¡Así fue! El galló se incorporó en el plato y cantó otra vez, salvando al peregrino por las plumas. Desde entonces el gallo está en las postales, estanterías y neveras de muchas personas, y como no podía ser de otra manera, también en las calles de Barcelos.
CIUDAD DEL VATICANO (La Serpiente)

La elegancia del zigzag dejó su marca en la muralla más impresionante del mundo. Recorrió y dibujó la costa dando personalidad a múltiples deidades como Shiva en nuestro oriente o Kukulcán en el lado opuesto. Llegó a Troya y mató… aliándose con el caballo mató, y mató múltiples veces allá donde llegó. Se introdujo en la traición y así conoció el mundo de la cruz, ganándose la confianza del más poderoso cristiano y metiéndose en su casa, mostrando al mundo desde entonces como Apolo compro sus servicios para acabar con el sacerdote Laocoonte, llevándose también a los pobres retoños de este. Veneno. Lengua de serpiente. Voldemort. Kaa. Nos mide cuando dormimos para ver si cabemos en su longitud.
KILLORGLIN (La Cabra)

El Diablo parla gaélico, guillotinó a cualquier rey irlandés y se agenció la corona, desde entonces luce sus cuernos en la puerta del puente que conduce a su infierno, donde la música, las cervezas y el ganado recuerdan durante tres días veraniegos quien es el Rey en Killorglin. Una joven, casta y pura, trepa las barreras humanas hasta llegar al “poc” y, no fácilmente, corona al animal. Tras esos tres días de locura el ganado está vendido y las jarras acabadas, y el macho cabrío vuelve con sus verdaderos súbditos, los del monte. Ya en las alturas contempla su pueblo y berrea a sus cabritos lo que les esperará en años posteriores –Seréis reyes, queridos míos. Seréis los dueños de aquellos que nos cazan–.
LIUBLIANA (El Dragón)

Los de Komodo son los falsos. Los verdaderos son aquellos que custodian tesoros, relucen sus alas y besan humo. A la capital eslovena fueron a parar cuatro de estos animales escupe-fuego, y colocándose cada uno a un vértice del puente del Ljubljanica, se dispusieron a vigilar el acceso al castillo de la ciudad, y hasta hoy prosiguen. Fueron ellos los que provocaron el terremoto que hundió la anterior pasarela, con sus rugidos y vientos del infierno. En tiempos borrosos Jasón mató a un dragón aquí, rescatando a una virgen secuestrada por la bestia. Desde entonces estos dragones mueven la puntiaguda cola cuando las vírgenes cruzan el río por el puente custodiado. Por las noches calientan la ciudad y esperan órdenes de algún demonio para proseguir con la revolución.
Pues nada, si al final va todo de humanos… Nos creemos tan dioses que creamos vidas en la piedra y en el bronce, pero tan solo un soplo incalculado, un aleteo de más, un guiño mal dado y… ¡Vaya! No somos nada. Tan poderosos y con tanto miedo, pero ¡Bendito miedo! Si el tiempo no nos estrujase ya no existiría nada de lo que hoy conocemos.
Viaje desde casa I (Contagiados)
Viaje desde casa II (Tribus salvajes)
Viaje desde casa III (7 Pecados Capitales)
Viaje desde casa IV (Privados de libertad)
¡Un abrazo grande y a cuidarse!
Eché de menos la loba de romulo y remo, tanto la romana como la segoviana. Todavía recuerdo en el templo de las ratas de Bikaner me saltaban por encima de los pies y me decían good luck, good luck jajaja. Un buen raticida para acabar con esta peste que nos asola. Quiero un monumento para el fumigador:) Cuidaté y un besote David😘😘
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A la Loba Capitolina la podemos dejar para la siguiente, de hecho, se podría hacer un post entero con la lobita, porque con la de réplicas que hay por todo el mundo… jaja. Yo pasé cerquita de Bikaner, pero no paramos, pues teníamos un musofóbico a bordo y no podíamos ni nombrar a los roedores. Muchas gracias, Bea. Un abrazo!
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Muy divertido tu relato, como siempre. Recordé también los músicos de Bremen, esos animalitos montados uno sobre otro, huyendo de sus amos que los querían matar por viejos y fueron en busca de mejor suerte a esa ciudad, pensando en convertirse en músicos. Casualmente estuve allí hace dos años y me encontré una piara, madre y sus pequeños cerditos detrás, dándote la bienvenida al Centro Histórico. Me encantan todas tus entradas, una forma diferente de conocer una ciudad.
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Nunca estuve en Bremen, pero esos animales son un icono mundial, sí. La verdad es que los pueblitos y centros históricos de las ciudades alemanas siempre son una maravilla. Cada vez que visito uno de estos mi cabeza recuerda los cuentos infantiles de los Hermanos Grimm. Muchas gracias por tus visitas y comentarios ☺️ un abrazo!
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