Ramona Martínez

LOS SABLAZOS DE LA SALVACIÓN

La guerra ya estaba perdida, y eso era algo que lo sabía todo Paraguay, incluyendo los niños, pues esta vez no se les había podido mantener al margen, por el contrario, habían tenido que sostener un arma para que, lo que habían dicho que era su patria, no desapareciera para siempre.

Petardazos en todas las direcciones, gritos, sollozos, humo… El fuego nublaba la vista en cualquier sitio al que se miraba. No había nada que hacer, el ejército paraguayo ya no existía y aquello se había convertido en un “sálvese quien pueda”. Ramona salió de su tienda y dio unos pasos al frente mientras veía toda la destrucción. El Mariscal había conseguido escapar, pero no sabía qué dirección había tomado.

Algunos soldados heridos a los que ella misma había atendido momentos antes seguían luchando, y ella agarró la espada que le habían proporcionado y se sumó al último ataque desesperado. No tardó en caer herida… el pecho… la cabeza. Miró desde el suelo y vio acercarse a los soldados brasileños, que no tenían fama de piadosos, sino todo lo contrario. Y con el último suspiro de rabia del que pudiera llenarse, volvió a agarrar su espada y se abrió paso a sablazos hacia la salvación, desapareciendo a vista de sus enemigos.

Ramona Martínez
La estatua que se muestra no es Ramona, sino un monumento a «La Mujer Residenta» en Asunción, Paraguay.

HISTORIA DE RAMONA

La única historia que tenemos de esta mujer está en las memorias del periodista y político Juan Crisóstomo Centurión, y es justamente lo que os acabo de relatar. Añade que Ramona era por aquel entonces una adolescente de apenas quince años, parte de la servidumbre del Mariscal en la Guerra de la Triple Alianza (1864-1870), y esto ocurrió en la Batalla de Itá Ybaté, entre el 21 y el 27 de diciembre de 1868. Al verse acorralada ella y varios heridos por un destacamento brasilero, lucharon con la esperanza de escapar. Ella lo logró y según se cuenta, Ramona murió a los 92 años en Asunción, totalmente ciega. Si todo esto es cierto significa que esta heroína moriría alrededor de 1945.

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Dibujo de Enzo Pertile, del cómic «Vencer o morir».

La Guerra de la Triple Alianza o Guerra del Paraguay fue un conflicto bastante tocho que enfrentó a Paraguay contra el bando aliado, compuesto por Brasil, Argentina y Uruguay. La derrota de Paraguay supuso una crisis demográfica muy importante, perdiendo, según algunas fuentes, el 90% de los hombres del país. En las últimas batallas, los combatientes eran niños. Las mujeres, que también lucharon, fueron quienes consiguieron levantar el país devastado de la postguerra, y aún siguen luchando. Como Ramona Martínez hubo cientos, y cientos de ellas han sido olvidadas.

LEGADO

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Dibujo de Robero Goiriz del cómic «Epopeya. Guerra Guasu».

Hoy en día Ramona no es más que un símbolo. Nada se conoce de ella salvo este heroico capítulo de batalla. Un cómic paraguayo llamado “Epopeya. Guerra Guasu: Veinte historias de la Guerra contra la Triple Alianza” contiene en la contraportada un dibujo de Ramona ilustrado por Roberto Goiriz. Su dibujo fue inspirado (o calcado) para homenajear a la heroína en un monumento de bronce, pero que no consigo saber dónde se encuentra (Goriz se quejó del plagio). También existe una calle en Paraguay con el nombre de Ramona Martínez.

Me despido por hoy. En la próxima guerrera tendremos que vernos en el Perú, regresando a la Guerra de la Independencia Latinoamericana. Espero que os haya gustado.

¡Un abrazo y hasta pronto!

6 comentarios en “Ramona Martínez

    1. La Guerra de la Triple Alianza fue una masacre total para Paraguay, y está considerada como la guerra más mortífera de la historia conocida de Sudamérica. Y cuando acabó la guerra, Brasil siguió oprimiendo al pueblo paraguayo, del cual quedaba poquito ya. Ramona es más mito que otra cosa, pero sí, aparentemente acaba bien jaja. Muchas gracias, Bea! Un abrazo!

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