Sarajevo es sin duda la capital europea más extraña que mis pies han pisado. Un caos urbano complicado de entender, y al que hay que darle muchas vueltas y miradas atrás para empezar a comprender un poquito lo que allí se cuece.
Para empezar, el país en sí es una locura: en Bosnia y Herzegovina tuvo lugar la peor parte de las guerras yugoslavas (del 92 hasta finales del 95 en este país), pues se enfrentaron tres bandos que se diferenciaban por sus etnias y religiones, principalmente, donde los bosniacos (musulmanes) y los bosnio-croatas (católicos) tenían todas las de perder contra la República Srpska (ortodoxos), ayudados por los serbios, pero un giro del destino llamado OTAN cambió las cositas y llegó la “paz”, creando un país donde todas estas etnias y religiones se acomodaron juntitas, formando territorios diferenciados donde hoy día se siguen palpando las diferencias según en el distrito en el que te encuentres del país. Tanto es así, que Bosnia y Herzegovina es el único país del mundo que posee tres presidentes, uno para cada etnia, y van turnándose el mandato cada 6 meses durante 3 años… Y por supuesto, se llevan a matar, por si alguien lo dudaba.
Y ahora viene Sarajevo, la capital de la república federal, un lugar donde tomarte un respiro y saludar a esos vecinos que se supone que tanto odias. Aquí viven todas las etnias y religiones, y te vas a encontrar mezquitas, iglesias y sinagogas. Las 275.000 personitas conviven en paz y en armonía. En la guerra, la ciudad fue sitiada durante años por los serbios, y todos los habitantes de Sarajevo lucharon codo con codo, sin darle importancia a las creencias y costumbres de cada etnia. Hasta hoy sigue siendo un maravilloso cóctel que es necesario conocer.

Y después de esta introducción que, aunque parezca larga se queda corta, toca conocer los atractivos culturales que nos podemos encontrar en esta preciosa ciudad tan poco pisada por extranjeros, pero que crecen las visitas año tras año. Antes unos pequeños datos importantes que hay que conocer antes de llegar a la ciudad:
Idioma: Las lenguas oficiales del país son el bosnio, el croata y el serbio, aunque es verdad que las tres son muy parecidas y entre ellos se entienden. De todos modos, la mayoría habla o entiende el inglés, al menos en Sarajevo.
Visados: Para los ciudadanos españoles no es necesario obtener un visado de entrada al país. Con tener el pasaporte en vigor y con hojas libres para el sello, todos estarán contentos.
Moneda: La moneda oficial es el Marco Convertible (BAM), y a día de hoy (17/09/2022) 1 marco son 0,51 céntimos de Euro, así pues, al ser dividido entre dos, facilita bastante el cálculo de cabeza. Las calles del Centro Histórico están a rebosar de casas de cambio y de bancos donde llevarse comisiones gracias a tus euros. En cuanto al pago con tarjeta: conviene que lleves suelto, porque el datafono no está muy extendido.
Tiempo: Sarajevo no se encuentra muy alto (550 m.s.n.m), pero está rodeado de montañas, por lo tanto, en invierno se te pueden helar los tarzanes y en verano no es raro que te caiga un chapuzón, aunque la temperatura en los meses veraniegos es alta. Llévate el chubasquero o cualquier artilugio anti gotas.
1. Baščaršija
Se trata del mercado principal de la ciudad, de hecho, la palabra “baščaršija” significa justamente eso. El bazar, aunque no es ni la mitad de grande que lo que fue en el siglo XVI, sigue siendo el corazón palpitante de Sarajevo. Y si hay que destacar un punto en concreto, todo el mundo mencionará la bien apodada “Plaza de las palomas”, donde se encuentra uno de los símbolos de la ciudad: la Sebilj, una fuente pública de 1753, hecha de madera y con una forma muy característica. Desde esta plaza ya puedes perderte por el bazar, y aunque ahora casi todos los comercios están enfocados a los turistas, siempre vas a encontrar artesanías interesantes, teterías clásicas y callejuelas donde aún se oculta algún otomano.
2. Mezquita Gazi Husrev-beg
Perdiéndose por las calles de Baščaršija siempre vas a llegar a este enorme templo, principal mezquita de la ciudad, del país y de los Balcanes desde el día de su inauguración en 1530. Es posible visitar por dentro cuando no estén en la oración, pues ya está muy hecha al turismo. Frente a ella una bonita fuente pública donde los fieles se lavan y otros beben agua, y a un ladito del tempo está el mausoleo. Como curiosidad, decir que esta mezquita fue la primera en todo el mundo en recibir electricidad, en 1898. Por último, merece mención la Torre del Reloj que se encuentra a tan solo 20 metros de la mezquita. Esta viaja torre marca el calendario lunar y mide 30 metros de alto, siendo la torre del reloj más alta del país.
3. Catedral del Corazón de Jesús
Si los musulmanes tenían su gigantesco templo, los católicos no quisieron quedarse atrás y en 1887 presentaron su catedral de estilo neogótico, la más grande del país, por su puesto. En el asedio a Sarajevo fue parcialmente dañada, y el Papa Juan Pablo II quiso acudir a la ciudad en guerra (algo que no ocurrió, por supuesto), y como agradecimiento, frente a la catedral, posa una estatua del antiguo Papa. También, frente al templo, hay una baldosa cuadrada bastante grande en el suelo con pequeños agujeros en la piedra pintados de rojo, y esto es el resultado de algunos proyectiles que alcanzaron el lugar, y si se dejó ahí es porque murió gente justo en ese punto.
4. Catedral de la Natividad de la Madre de Dios
Y por supuesto, los serbios también querían su templo representativo en Sarajevo. Se trata de la iglesia ortodoxa más tocha de la ciudad, de estilo neobarroco, inaugurada en 1863. Fue el primer edificio monumental no musulmán construido en Sarajevo, lo que provocó mucho malestar entre la comunidad musulmana, que veía como la torre de la catedral superaba en altura a muchas mezquitas de la zona.
5. Iglesia Ortodoxa Vieja
En realidad, así es como se la conoce, porque nadie se atreve a pronunciar su nombre verdadero sin trabarse o equivocarse. Su nombre real es Iglesia de los Santos Arcángeles Miguel y Gabriel, y aunque no se tiene conocimientos exactos de su fecha de construcción, aparece en escritos de 1539, por lo tanto, se trata de uno de los edificios más vetustos de Sarajevo. Si te fijas en la torre verás marcas de metralla, y eso no es exclusivo de este edificio, pues te fijas, verás a tu alrededor muchas fachadas con agujeros de balas, es más, muchos suvenires de las tiendas son figuritas hechas con balas… Tuvo que ser duro vivir aquí en los 90.
6. Puente Latino y alguno más
Hay muchos puentes que cruzan el río Miljacka, pero algunos merecen más protagonismo que otros. El puente Latino es el más antiguo de todos los que hoy podemos ver en la ciudad, siendo del siglo XVI, y aunque no es muy voluminoso, sus arcos y aperturas son parte de la “marca” de Sarajevo. Otros puentes dignos de mención serían el puente peatonal Skenderija, diseñado por el famoso Gustave Eiffel, y el Festina Lente, una moderna pasarela con un bucle en el medio que invita a fotografiarlo, sobre todo porque da paso a la Academia de Bellas Artes. Ambos puentes te los podrán encontrar a un kilómetro hacia el este desde el puente Latino.
7. Museo de Sarajevo 1978-1918
Este museo que se encuentra en la esquina de un edificio junto al río, a la altura del puente Latino, trata sobre el periodo que pasó el territorio bajo domino astro-húngaro, pero en realidad he añadido el museo a la lista por el hecho acontecido justo en esa esquina en 1914. Aquí asesinaron al archiduque Francisco Fernando de Austria y a su mujer Sofía Chotek. Un atentado que dio pistoletazo de salida para la Primera Guerra Mundial. En la esquina puedes encontrarte unas huellas de zapatos que insinúan donde se encontraba Gavrilo Princip, el joven que disparó contra los herederos (aunque no fue el único autor). También, en la fachada del museo hay diferentes imágenes de la época, y a veces se coloca un señor con un carro antiguo que recrea el vehículo en que iba montada la pareja real, por si te quieres hacer una foto montado.
8. El Ayuntamiento
Este precioso edificio es conocido como Vijecnica, levantado en 1896, en época austro-húngara, y eso que su aspecto recuerda más a la arquitectura islámica que podemos encontrar en la Mezquita-catedral de Córdoba o en la Alhambra de Granada, por lo que es un edificio que choca bastante a la vista. Fue biblioteca hasta que en 1992 los bombardeos lo destruyeron casi por completo, desintegrándose también parte del tesoro intelectual que contenía el edificio. Muchos intentaron salvar algunos libros y manuscritos, pero fueron carne de cañón para los francotiradores serbios. Su reconstrucción se ha llevado a cabo en tres etapas y ha durado casi dos décadas, siendo financiado por varios países y ciudades como Barcelona, entre otras. Hoy es el ayuntamiento y también se realizan diferentes eventos culturales.
9. Teleférico al monte Trebevic
A Sarajevo se la ha apodado de muchas formas, como la “Jerusalem de Europa” por los motivos que ya hemos visto antes, pero también se la conoce como “la Ciudad Olímpica”, debido a que en 1984 se celebraron los Juegos Olímpicos de invierno en este lugar, pues se encuentra rodeado de montañas que en meses fríos se visten de blanco. Desde 1959 se podía subir en teleférico a la montaña Trebevic, pero tras los juegos se decidió que aquel cable-car era inseguro, así que se cerró. Luego llegó la guerra y devastó la infraestructura. Por suerte, en 2018 el teleférico fue modernizado y se reabrió la ruta, así que ya podrás subir a la cima de la montaña en tan solo 9 minutos y sin cansarte lo más mínimo. Arriba hay unos miradores estupendos, sendas con serpientes y los restos de la pista olímpica de trineo. El viaje con ida y vuelta cuesta 20 KM (unos 10 euros más o menos) y el horario es de 09:00h a 19:00h.
10. El túnel de la Esperanza
Bastante alejado del Centro Histórico, justo donde se encuentra el aeropuerto de Sarajevo, aparece el llamado Túnel de la Esperanza, y como su nombre indica es un túnel creado por el ejército bosnio y algunos civiles en 1993 para burlar el cercado que habían creado los serbios en el asedio. De esta manera llegaban a la zona controlada por las Naciones Unidas y podían así abastecerse de armas, alimentos y medicamentos, además de ser una vía de salida para civiles y heridos. Desde 2012 el túnel es un museo y, aunque no se pueden recorrer los 800 metros, es un lugar impactante que merece la pena visitar si tienes algún hueco libre. La entrada estándar cuesta 10 KM (algo así como 5 €), y debes pagarlo en marcos y en metálico. También se venden tours guiados que podrían merecer la pena. El horario es de 09:00h a 17:00h.
11. Bastión Amarillo
En 1697, el príncipe Eugenio de Saboya y su cruzada contra los otomanos hicieron añicos a Sarajevo, quemada y destruida casi por completo. Este hecho evidenció la necesidad de crear un fuerte que vigilara que defendiera la ciudad, así que en 1727 se construyó una fortaleza defensiva en la Ciudad Vieja de Vratnik, que hoy es un barrio cercano a centro histórico de Sarajevo. Ahora solo queda una torre que se encuentra en lo alto de la colina, sirviendo de mirador panorámico de toda la ciudad, por lo que acuden allí muchos turistas y no turistas. A sus pies, en la ladera de la colina, se encuentra el cementerio musulmán de Kovaci, muy grande y famoso por la gente que tiene allí enterrada, pero como podrás ver tú solito, no es el único cementerio de la ciudad, pues mires donde mires verás estos parques llenos de monolitos.
12. La Llama Eterna
Al final de la calle Ferhadija podrás toparte con la Llama Eterna, un monumento que contiene el fuego que nunca se apaga y una inscripción. El monumento está dedicado a los soldados y civiles bosnios que lucharon en Sarajevo contra la ocupación nazi, tanto alemana como croata. Y como podéis ver, otra cosa no, pero sufrimiento ha tenido un rato esta ciudad, de ahí que en cada esquina puedas encontrarte un museo atroz, como el Museo Judío, en la antigua sinagoga de la ciudad. O el War Childhood Museum, donde te enterarás de relatos traumáticos que acontecieron en la guerra. O la Galería 11/07/95, que está dedicada al genocidio de Srebrenica.
Ya ves que, para visitar los atractivos turísticos de Sarajevo no te van a hacer falta ni dos días, pero para conocer bien la ciudad y a su gente tendrás que regalar más horas a la urbe… Ella te lo agradecerá y tú también quedarás muy agradecido. Ahora comienzo el diario de nuestro viaje a los Balcanes, donde contaré de manera muy resumida nuestra llegada a Dubrovnik y los días posteriores en Sarajevo.
A. El encuentro con los gatos dálmatas (Días 1, 2, 3 y 4)
La niebla se marchó y dejó al descubierto los sueños que se habían perdido con el miedo de la enfermedad. Ahora volvimos a encontrar la razón que nos impulsó a comprarnos unos billetes de avión con destino Montenegro. Aunque la espera terminó con fuerza y las ganas que teníamos se multiplicaron por 6,3 y… Montenegro se quedaría pequeño para veinte días, así que no había otra manera de compensar los daños psicológicos: Sur de Croacia, Sarajevo y Montenegro. Esas serían nuestras primeras y deliciosas curvas por los Balcanes.
Yo ya había divisado la capital croata antaño, pero ni Kiran ni yo habíamos estado en aquellas ciudades y pueblos que teníamos planeado pisar, así que era nuevo. Completamente nuevo y emocionante: el 10 de agosto del 2022 tomamos un avión que nos dejó en Dubrovnik, la ciudad más turística de todos los Balcanes. Fácilmente tomamos un bus que nos llevaba desde el aeropuerto hasta la estación de autobuses de la ciudad, pues muy cerca teníamos nuestro alojamiento, que servía de transición para al día siguiente irnos a Sarajevo.
Descubrimos este mismo día que las habitaciones menos caras de la ciudad se encuentran en las nubes, así que tuvimos que escalar con las maletas, saludando a todos nuestros nuevos vecinos felinos, y descansamos los pies en la habitación más cutre del país. Por suerte, solo queríamos pasar la noche allí porque la estación de bus estaba al lado
El primer paseo tuvo sabor a cerveza y una puesta de sol antológica. Una cena mediocre y una vuelta a la cutrez por el puerto. No fue hasta el día siguiente cuando realizamos nuestro segundo paseo por Dubrovnik, siempre alejados de la ciudad histórica, que deseábamos dejarla para el final del viaje. Tras dejar las maletas en el host anduvimos la eterna carretera del puerto y nos metimos en el museo de Historia Roja, que trataba sobre el periodo comunista de la zona, cuando Croacia perteneció a Yugoslavia. Fue un museo interesante e interactivo, y además es poco conocido, pues está apartado de la zona más turística.
Después de comer una enorme pizza junto a un gato durmiente fuimos a por las maletas y acto seguido a la estación de autobuses. Teníamos muchas ganas de montarnos en el bus y llegar a Bosnia, pero aquí la primera bofetada de realidad: el transporte en los países balcánicos funciona regular. Si teníamos que salir a las cuatro de la tarde, el bus no se presentó hasta las seis, lo que retrasaría nuestra llegada dos horas, y eso que ya llegaríamos a horas tardías. A parte, el autobús no era especialmente cómodo y pasar la aduana sumó desesperación a nuestro cerebro. Al menos el paisaje fue hermoso hasta que aguantó la luz.
Llegamos a las doce y media de la noche sin marcos (la moneda local) y en una estación completamente vacía, así que tuvimos que negociar con el único taxista que había para que pudiésemos pagarle en euros. Por supuesto nos timó, pero no teníamos otra alternativa. Y, por si fuera poco, contactar con el anfitrión de nuestro nuevo alojamiento también fue una odisea a esas horas frías. A las dos de la madrugada ya estábamos en la habitación, habíamos sobrevivido.
A la mañana siguiente nos levantamos pronto, y costó, pero güeno, madrugadas peores se han visto. Y ¿Por qué había que levantarse pronto? Pues porque nos esperaba Amina, nuestra guía del free tour. Además de Amina y nosotros dos, al Free Tour asistieron dos jóvenes malagueños y tres catalanas jubiladas que estaban recorriendo los Balcanes en su carro alquilado. Dábamos para comedia española.
Tras el tour volvimos a la habitación para coger ropa de abrigo, pues hacía fresculi, la verdad, pero fue salir otra vez y un sol nuevo quemaba nuestras narices… Así es Sarajevo y así pasamos el resto del día, frío y calor. Por la tarde tomamos el teleférico que nos subía a una de las montañas dónde se celebraron los juegos de invierno en el 84, dónde se encontraba la pista de trineo olímpico. Las pistas estaban abandonadas y decoradas con grafiti, pero era curioso verlo. Lo mejor, por supuesto, fueron las vistas.
Una vez abajo ya era lo suficientemente tarde como para dar comienzo a nuestro ritual nocturno de las cuatro “C’s”: cena, cerveza, chupito y cama.
En nuestro cuarto día de viaje nos despedíamos de Sarajevo, y para ello teníamos toda la mañana, una mañana para perdernos por el zoco, así que ¡Ale, a vivir! Tan intenso fue que se nos pasó volando la mañana y, casi sin darnos cuenta ya estábamos con las maletas en un autobús urbano que se supone que nos llevaría a la estación de autobuses, pero en realidad nos llevó donde le dio la gana, así que luego hubo que corregir lo desviado con pasos largos.
En la estación de autobuses tuvimos que pagar por varias cosas también. No hacían más que vaciarnos los bolsillos estos bosnios. Que si la tasa de entrada, que si el equipaje de bodega… ¡Desgraciados! Pero bueno, a las 15:00h salía nuestro autocar hacia Split, otro viaje de 6 horas nada más… Pero esa era la teoría, porque resultó que, misteriosamente, el viaje duró más de 8 malditas horas, y ni los paisajes alucinógenos a la vera del río Neretva hicieron que mi espalda, culo y cabeza pudiesen no llorar. Lo peor es arrancarte los pelos de la desesperación que tienes y ver que tu compañera ha dormido plácidamente durante todo el trayecto ¡Tiene un superpoder! Volvimos a llegar de madrugada a nuestro nuevo alojamiento en Split, Croacia.
Sarajevo todavía suena me a guerra… será que ya soy muy vieja.
Me gustaLe gusta a 1 persona
No sólo suena, también sigue oliendo a pólvora. Fue hace tan poco… Un saludo!
Me gustaMe gusta
Vaya super guía que nos has hecho de Sarajevo menudo Max mix religioso que hay, me quedo con la duda si os gustó o no, oye un poco siniestro lo de los souvenirs con balas, indicaciones exactas desde dde se disparó a unos príncipes🙄 como se regodean Lo que me queda claro es que los buses son lo peor 😵💫 jaja deseando estoy de escuchar la siguiente etapa. Oye muy bien que has salido en muchas fotos 😉 Buena semana David 😘
Me gustaLe gusta a 1 persona
Gracheee! Sí! Nos encantó Sarajevo. Es una locura muy digna de de conocer 😊 Un saludo grande, Bea! Y muchas gracias!
Me gustaMe gusta