En pie y con calma. Todo recogidito y colocado, la camiseta-toalla al fondo del macuto, justo debajo de los calzoncillos sucios. Mochilaca en la espalda y dedo corazón siempre levantado, dando los buenos días a Rudolf y así alegrar su cara de empanadilla mañanera. Este compi mío estaba de los nervios, pues pensaba que llegábamos …