ÚLTIMAS PALABRAS Con sangre en los dedos, en los codos y en las piernas, avanzaba La Pola bajo la amenaza de un puñado de fusiles que la miraban por varios flancos. A cada lado un sacerdote, y muy cerca otros rebeldes maltratados intentaban erguir la cabeza. Entre ellos estaba Alejo Sabaraín, su compañero más amado, …
