Mis pies sobre una colina de tierra vieja, donde cinco mil años antes los pelasgos habían conseguido esclavizar a unos gigantes de pocos ojos para que cargasen en su lomo, transportasen y colocasen con delicadeza unas enormes piedras hasta formar un hilo circular que haría de muralla ciclópea, protectora de una urbe en apogeo. De …
