Varsovia 2022

Todo parecía indicar que las nubes volverían a emborronar el estado anímico de ciertas cabezas que han sufrido de lo lindo, aunque es cierto que esos problemas solo eran del primer mundo y del siglo XXI, así que lo que pudo ser una desgracia en un punto concreto de mi historia es ahora una carcajada de amigos en un bar cualquiera.

Resultó que, lo que parecía que iba a ser una de las mejores “Semanas Santas” de mi periodo de existencia, con un viaje ensueño en pareja a Montenegro, se convirtió en la cárcel que todos tuvimos a lo largo del primer semestre del 2020. Lloramos de lo lindo, pero todo se supera. Por los hechos acontecidos dejamos pasar los meses mientras nuestras uñas largas acentuaban marcas en nuestros antebrazos, hasta que me atreví a hacer un regalo de cumpleaños que nos llevaría al otro lado de la frontera… Lisboa nos había abierto los brazos, pero solo a una semana de partir nos cerró la boca de un bofetón al suministrarnos tres kilogramos y medio de la COVID-19, vía oral y sin anestesia.

Todo estaba enfangado de lágrimas pueriles, pero esto no podía acabar así, por lo tanto, resucité el presente que tenía para “verado” (verde y morado), y me atreví con Varsovia a finales de febrero del 2022 ¿Qué podría salir mal? Absolutamente nada, aunque los corazones se iban contrayendo paso a paso durante el trascurso del zapeo televisivo, y esta vez no era por el virus, sino por una extraña guerra que había estallado en el este de Europa. Una vez más se tambaleaba la escapada aérea. Sacamos pecho y pudimos decir en alto: “¡Lo que tenga que ser será! ¿Dónde está la muerte?”. Quizá he sido algo melodramático con esta última frase, pero eso es algo que está de moda, así que espero poder permitírmelo… Vamos con Polonia… Vamos con Varsovia: